Acabamos de recibir la comunicación del Juzgado autorizando a proceder a la Comunidad de Madrid al desalojo de nuestro local. Es la crónica de un auto ya esperado, pero no por ello menos doloroso. Nuestro local ha sido, sobre todo, durante los últimos siete años, lugar de encuentro para muchos vecinos, un punto donde desarrollar aficiones o habilidades, un centro para compartir conocimientos o ampliarlos, un sitio donde han tenido cabida todos aquellos que han querido hacer de la Prospe un barrio mejor y mas solidario y donde nadie ha obtenido un solo euro por su tarea desinteresada y altruista.
Pues bien todo eso, no ha sido suficiente para nuestra “liberal” Comunidad. Para Esperanza y sus acólitos, no es concebible algo que no tenga que ver con el negocio. Era un escándalo, que todas las actividades que se han desarrollada a lo largo de los últimos años, no generasen beneficios económicos para alguno de sus amigos; que la Asociación se sostuviese con las cuotas de sus socios y las pequeñas aportaciones voluntarias de quienes participaban en las distintas actividades. ¿Qué clase de ejemplo perverso se lanzaba desde la “Valle Inclán”?. ¿Sostener que hay una forma distinta de encarar las relaciones sociales, más allá del beneficio económico? ¿Abrir sus locales a la participación colectiva para ayudar a desarrollar ciudadanos más formados y más críticos…?.
Bueno eso había que acabarlo porque era intolerable, ya que este tipo de ejemplos perniciosos pueden extenderse y no se sabe donde se puede acabar. La nula vocación negociadora de esta administración ha quedado bien patente a lo largo de este más de año y medio de lucha por el “No al desalojo”. Centenares de vecinos han aportado su esfuerzo, grande o pequeño, con su firma o su presencia o su solidaridad para que este momento no llegara. Pero la administración y la justicia (otro día habrá que hablar a fondo de lo que significa justicia en este país), han seguido su implacable y ciego camino.
Pocos recursos legales quedan por efectuar y la presencia de las fuerzas del “orden” se presiente ya a nuestra puerta. Los asociados de la “Valle Inclán” van a seguir manteniendo con dignidad su posición de “No al Desalojo” y a seguir empleando todas las armas pacíficas a su alcance. La fuerza de las palabras y del coraje personal, casi siempre llevan las de perder, aunque no por ello vamos a renunciar a nuestro proyecto. Un proyecto que ahora, ¡oh paradoja!, reivindica nuestra alcaldesa cuando pide voluntarios para poner en marcha infraestructuras culturales.
Tal vez dentro de unos días nuestro local, sea un lugar muerto frente a toda la vida que hoy rebosa. La Comunidad tendrá un semisótano más para hacer “negocio”, pero no va a ser sencillo que nadie dedique su dinero y su tiempo a hacer rentable algo que solo nuestro infinito esfuerzo e ilusión hizo posible. La vida y las ganas de hacer algo más llevadera esta sociedad nuestra, tan preñada de injusticias e incertidumbres, las seguiremos poniendo nosotros, todos los asociados y vecinos de la Prospe y las llevaremos a cabo en otro local, con las mismas ganas e ilusiones. Otro local, que en previsión de lo que parecía inevitable, hemos buscado y estamos acondicionando, para que todos nuestros proyectos sigan adelante, para que todos los que han creído que aquí había un lugar de encuentro y apoyo sigan encontrándolo.
Un lugar que, no hay que ocultarlo, ha supuesto, no sólo, un esfuerzo económico enorme para nuestros escasos recursos y para el que hemos solicitado la generosa colaboración de nuestros asociados y convecinos, sino también dificultades, tensiones, e incertidumbres durante más de año y medio, pero se puede decir que: lo más importante es que siempre va a haber un lugar donde la “Valle Inclán” seguirá viva.
Madrid 30 de enero 2012
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lunes, 30 de enero de 2012
NOS MANDAN A LA CALLE
Mientras nuestra Alcaldesa ¡oh paradoja!, pide voluntarios para poner en marcha infraestructuras culturales
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