A las 24 horas del jueves 2 de febrero ha vencido el plazo para efectuar alegaciones, que la sentencia del Tribunal Superior de Justicia de Madrid, daba a la A. VV. para evitar que la Comunidad de Madrid nos desalojara del local de la calle Luis Cabrera, en el que llevamos desarrollando nuestra actividad los últimos años.
Un plazo final que nos pone ante el inminente riesgo de desalojo y para el que la Comunidad de Madrid, ni siquiera tiene que poner fecha o día. Más de año y medio, llevamos peleando con la Administración madrileña, para negociar con ella y convencerla de que las actividades que lleva a cabo la Asociación (sin ningún ánimo de lucro) merecen seguir teniendo su espacio en un local público. Un local situado en un semisótano de dudosa rentabilidad para otras actividades y que ha servido para que centenares o miles de vecinos de la “Prospe”, tengan un local para efectuar sus actividades de ocio y formación. Un punto para acoger a personas de cualquier condición y origen y ayudarles a mejorar sus conocimientos o su integración en nuestra ciudad.
Dado que la rentabilidad social del local está más que probada a través de todos estos años, no cabe sino llegar a una doble conclusión. La primera, es que hay un motivo económico para intentar especular con el local e intentar sacarle un improbable beneficio (evidente para quien conozca el sitio en cuestión). Y la segunda es que hay un trasfondo político e ideológico, que por un lado manifiesta su oposición radical a “lo público” y por el otro expresa su difícil tolerancia a espacios en el que la crítica de ciertas políticas no está sometida a sus intereses.
Por eso la “A. VV. Valle Inclán”, es como una molesta espinita en el poderoso cuerpo de nuestra Comunidad y tanto la Presidenta Esperanza Aguirre, como la consejera Lucía Figar, han hecho oídos sordos a todas nuestros peticiones e intentos de negociación. Cegaron todos los caminos y pusieron el problema en manos de la justicia y esta, ha decidido (analizaremos en otra ocasión el como y el porqué), que a partir del jueves día 2 se ha acabado la historia de la asociación en “nuestro” local.
Muchos de nuestros asociados son personas mayores que solo van a utilizar la fuerza de sus argumentos y sus razones para continuar su actividad y lo único que quieren, que queremos, es una mínima garantía jurídica de que el desalojo, de llevarse a cabo, se llevará por unos cauces de negociación y respeto a nuestros intereses y actividades (tenemos ya programadas diversas actividades para el primer trimestre). Llevamos muchos años en el barrio defendiendo lo público, la solidaridad, el desarrollo de una ciudadanía libre y crítica y la integración de todos sus habitantes y más de año y medio enfrentándonos a los designios “privatizadores” de la Comunidad. Y lo vamos a seguir haciendo, en este local o en otro al que vayamos cuando nos echen por la fuerza de aquí.
La costumbre, últimamente instaurada por las autoridades, es acudir en la madrugada y proceder a la toma del local sin previo aviso, cambiar las cerraduras y llevarse a sus almacenes lo que estimen oportuno. Ese temor al “robo legal” se ha instalado desde la medianoche en los miembros de la asociación y por eso llamamos a los medios de comunicación a que contribuyan para que se oiga nuestra voz y que se impida a la Comunidad de Madrid finalizar su ataque contra los vecinos de la “Valle Inclán” y se avengan a negociar con nosotros una solución menos traumática y en definitiva más justa para los vecinos.
Un plazo final que nos pone ante el inminente riesgo de desalojo y para el que la Comunidad de Madrid, ni siquiera tiene que poner fecha o día. Más de año y medio, llevamos peleando con la Administración madrileña, para negociar con ella y convencerla de que las actividades que lleva a cabo la Asociación (sin ningún ánimo de lucro) merecen seguir teniendo su espacio en un local público. Un local situado en un semisótano de dudosa rentabilidad para otras actividades y que ha servido para que centenares o miles de vecinos de la “Prospe”, tengan un local para efectuar sus actividades de ocio y formación. Un punto para acoger a personas de cualquier condición y origen y ayudarles a mejorar sus conocimientos o su integración en nuestra ciudad.
Dado que la rentabilidad social del local está más que probada a través de todos estos años, no cabe sino llegar a una doble conclusión. La primera, es que hay un motivo económico para intentar especular con el local e intentar sacarle un improbable beneficio (evidente para quien conozca el sitio en cuestión). Y la segunda es que hay un trasfondo político e ideológico, que por un lado manifiesta su oposición radical a “lo público” y por el otro expresa su difícil tolerancia a espacios en el que la crítica de ciertas políticas no está sometida a sus intereses.
Por eso la “A. VV. Valle Inclán”, es como una molesta espinita en el poderoso cuerpo de nuestra Comunidad y tanto la Presidenta Esperanza Aguirre, como la consejera Lucía Figar, han hecho oídos sordos a todas nuestros peticiones e intentos de negociación. Cegaron todos los caminos y pusieron el problema en manos de la justicia y esta, ha decidido (analizaremos en otra ocasión el como y el porqué), que a partir del jueves día 2 se ha acabado la historia de la asociación en “nuestro” local.
Muchos de nuestros asociados son personas mayores que solo van a utilizar la fuerza de sus argumentos y sus razones para continuar su actividad y lo único que quieren, que queremos, es una mínima garantía jurídica de que el desalojo, de llevarse a cabo, se llevará por unos cauces de negociación y respeto a nuestros intereses y actividades (tenemos ya programadas diversas actividades para el primer trimestre). Llevamos muchos años en el barrio defendiendo lo público, la solidaridad, el desarrollo de una ciudadanía libre y crítica y la integración de todos sus habitantes y más de año y medio enfrentándonos a los designios “privatizadores” de la Comunidad. Y lo vamos a seguir haciendo, en este local o en otro al que vayamos cuando nos echen por la fuerza de aquí.
La costumbre, últimamente instaurada por las autoridades, es acudir en la madrugada y proceder a la toma del local sin previo aviso, cambiar las cerraduras y llevarse a sus almacenes lo que estimen oportuno. Ese temor al “robo legal” se ha instalado desde la medianoche en los miembros de la asociación y por eso llamamos a los medios de comunicación a que contribuyan para que se oiga nuestra voz y que se impida a la Comunidad de Madrid finalizar su ataque contra los vecinos de la “Valle Inclán” y se avengan a negociar con nosotros una solución menos traumática y en definitiva más justa para los vecinos.
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